Anoche soñé que me mirabas.
Estabas delante de mí
y no decías nada.
Sin guiñar el ojo,
sin tu sonrisa preciosa,
me observabas.
Un paso adelante,
dos atrás.
Nos sentamos,
cada uno en su lado,
sin parar de mirarnos.
Y yo ya no podía decirte nada.
Ya bastante desnudo estaba.
Te observaba.
Esta vez
aprendimos juntos.
Cada uno
en su lado,
sin parar de mirarnos
Todavía no hay comentarios.